La distancia social ha hecho que encontremos formas nuevas para hacer casi todo lo que hacíamos antes de la pandemia. Comunicarnos con las personas que queremos virtualmente, asistir a eventos desde nuestra propia casa e incluso cambiar nuestros hábitos de consumo para adaptarnos a la distancia y los protocolos de salud, son algunas de las formas en las que nuestra vida ha cambiado.
La práctica de la medicina a su vez se transforma para adaptarse a la nueva normalidad y para que tanto los pacientes como los profesionales de la salud se sientan cómodos y seguros.
Sin embargo, no es una tarea fácil. Crear un ambiente y un entorno que sustituya la consulta tradicional y permita que tanto el profesional como el paciente sientan la misma cercanía que antes, requiere de un esfuerzo adicional.
A pesar de que puede ser una tarea difícil, estos consejos pueden ayudarle a prepararse de una forma óptima.
1. Adecúe el espacio con antelación.
Una de las cosas más importantes de la telemedicina es adecuar un espacio exclusivo para atender a las personas.
Asegúrese de que este espacio tiene la iluminación correcta, trate de no sentarse delante de una ventana para que no se cree un efecto de contraluz y posicione la cámara de manera que no quede muy lejos ni muy cerca de la misma.
Un buen ejercicio es estirar sus brazos y colocar la cámara delante de su mano, siendo esta la distancia óptima entre usted y la cámara.
Asegúrese también de que no haya objetos detrás de usted que puedan distraer al paciente durante la consulta.
2. Pruebe con antelación las herramientas tecnológicas que va a utilizar.
La tecnología puede jugarle una mala pasada si no se prepara antes de iniciar la consulta virtual. Realice al menos una llamada de prueba antes de la cita y asegúrese que el audio y el video funcionan de la forma esperada.
Familiaricese con la herramienta virtual que va a utilizar, y verifique que todas las configuraciones están establecidas para que ambas partes puedan tener una mejor experiencia.
Si está utilizando su celular, invierta en un trípode pequeño para colocar el teléfono y proporcionar más estabilidad.
3. Explique previamente a sus pacientes las instrucciones para ingresar a la cita.
Antes de iniciar la consulta, una buena práctica es enviarles a sus pacientes un email o mensaje con las instrucciones de cómo usar la tecnología por medio de la cual se van a conectar y si hay alguna otra información que necesite conocer antes de que empiece la cita.
Tome en consideración que no todas las personas conocen como usar las herramientas tecnológicas de comunicación como Facetime, Zoom o Skype, especialmente si se trata de personas mayores que no cuentan con asistencia de otros durante la consulta.
4. Tome en cuenta las necesidades del paciente
Considere si sus pacientes tienen algún impedimento visual, auditivo o cognitivo que requiera asistencia especial durante la consulta virtual. Si la persona que asistirá a la cita tiene impedimentos auditivos, considere usar plataformas con subtítulos y si el impedimento es cognitivo, algún familiar o cuidador pueden ayudarlo a comunicarse a través de video.
También es importante considerar si hay algún otro profesional de la salud que deba unirse a la llamada, en caso de que fuera necesario. En el caso de equipos multidisciplinarios que atienden a un mismo paciente, puede ser de mucha utilidad decidir por adelantado si pueden ofrecer entre todos una consulta más integral.
5. Mantenga la creatividad a la hora de examinar a sus pacientes de forma remota
Uno de los retos principales de la telemedicina es el hecho de que no se puede hacer un examen físico presencial.
A pesar de que es cierto que hay ciertas condiciones para las que la telemedicina puede no ser lo suficientemente efectiva, un examen virtual puede ser muy efectivo e informativo, si se desarrolla una metodología de análisis adecuada, dependiendo de la especialidad a la que se dedique.
Manténgase abierto y sea creativo a la hora de buscar nuevas formas para brindar un diagnóstico eficaz. Puede recurrir a fotos, videos o ejercicios, formularios o cuestionarios que son de utilidad a la hora de tratar al paciente de forma remota.